Friday, December 7, 2007

Personajes de mi empresa:

Estos son los personajes que forman parte de mi empresa. No tienen nada que ver con el quinteto del horror. Esos forman parte de otra empresa. Como os comenté antes, estoy en una sala de unas cien personas bajo varias empresas subcontratadas en las instalaciones de una gran empresa de telecomunicaciones japonesa. En definitiva, un circo... 

El último samurai.

Se trata de mi jefe. Este hombre creó su empresa aproximadamente en el año 2000 y hasta ahora no ha sido capaz de hacerla crecer más allá de su persona y cuatro gatos más.
Tiene unas oportunidades de oro, incluso diría que es un tipo con suerte pero está desaprovechándolas por culpa de su manera de ser y su educación. El problema es que carece completamente de mentalidad empresarial. Es un fanático del trabajo y dedica todo su tiempo solo a realizar el trabajo, vive para el trabajo, muere para el trabajo. En lugar de invertir su tiempo buscando oportunidades de negocio, expansión y asentamiento el último samurai gasta sumas absurdas de dinero en los Kyabakura y se destroza físicamente en infinitas horas delante de la pantalla, enfermándose y perdiendo la noción de la realidad.
Al principio empezó como un freelancer, pero al estar contaminado por la mentalidad colectiva que se propugna en este país, le ha costado mucho salir del mundo "hormiga" y tomar la decisión de ser emprendedor. Por lo tanto está en la vía del medio. Quiere ser emprendedor pero carece de la capacidad para hacerlo, por lo que al final durante años fue un freelancer que tenía las mismas condiciones inhumanas de trabajo que cualquier otro salaryman o sea esclavo asalariado.

Poco a poco durante mucho tiempo logró por fin subir y ahora cuenta con unos 20 empleados, pero él sigue trabajando una media de 300 horas al mes, a veces ha tenido que ir al hospital por exceso de trabajo, ha tenido que divorciarse, ha perdido el cuidado personal, cada día está más viejo, más acabado. Sinceramente me da lástima. Un día almorzando juntos, me dijo -- ¿Conoces la mentalidad samurai? -- Le respondí -- Si, lo que he visto en el cine y leído en algunos libros. -- Se ríe, fuma, me mira y dice -- Esa mentalidad no es buena, pero yo soy así. Trabajo hasta morir... -- y echa una gran carcajada...

En ese momento entendí que estaba totalmente loco. Él no vive en este mundo. Vive en "su" propio mundo, en el que solo existe el trabajo y el resto carece de importancia.
Es imposible hacerle razonar, es un workalcoholic; está totalmente desquiciado.

El marikita

Este es un niño que no llega a los 25 años. Le llamo marikita porque tiene un amaneramiento que no es normal. Es el único que a veces tiene un poco de luz en su mente y se queja de tener que trabajar tantas horas. Siempre dice que quiere cambiar de trabajo pero carece de los cojones necesarios para poderlo hacer. Él es japonés, es joven, no tiene problemas de visado como yo. Podría cambiar cuando quiera, podría incluso negarse a realizar todas las horas que hacen los demás. Pero al igual que la gran mayoría de los habitantes de este país es un borrego más, que teme hacer algo que “no esté bien visto” y prefiere sufrir, quejarse y vivir siempre amargado antes que dar el puño en la mesa.
Yo comprendo que si no tienes más elección, si no hubiera empleo, si la situación fuera tan mala que no te quedara otra, pues, que más remedio, hay que aguantar. Pero en este país el trabajo ¡abunda!
Este chico me ve como un animal, creo que piensa que soy una especie de cavernícola de fuerza infinita.

El incompetente

Este es el leader del proyecto. Como todo incompetente, siempre muestra una imagen de si mismo que no corresponde con la realidad. Parece capaz, competente, atento y sobretodo da la impresión de poseer un gran nivel técnico. La realidad es que ni siquiera sabe lo que es un sistema de ficheros. No tiene idea de las nociones básicas de programación ni de administración de sistemas. Dado que es el “leader” tengo que obedecer las tonterías que me pide y por ende, hacer mal mi trabajo. Por último es un cotilla, no para de mirarme la pantalla, ni de hacerme preguntas personales para intentar enterarse de cada detalle de mi vida.

El segundo de abordo.

Este es una especie de socio del último samurai. Es un tipo gordito que tiene un EGO bastante grande. Dado que es el segundo de abordo, se siente superior a los demás. Lo triste del caso es que se siente superior entre lo más bajo. La empresa ya de por si es una mierda y dentro de esa mierda él es el señor importante. Varias veces le pedí ayuda, para que hiciera de intermediario con el último samurai, pero fue inútil. Este no se moja, es un miedoso. Todos temen al último samurai…

La panda de desgraciados…

El resto de mis compañeros entre los cuales me incluyo. Les llamo así porque comparten la misma desgracia conmigo, o sea la de trabajar en una empresa tan cutre como esta. La diferencia es que yo aguanto por una finalidad concreta, como paso previo para pegar el salto a un trabajo mejor y más remunerado. Ellos aguantan solo porque su cultura les obliga a hacerlo. Están programados desde la escuela a obedecer, a no revelarse, a decir siempre sí. Este es un tema que profundizaré más adelante. El decir siempre sí…

1 comment:

bananitasverdes said...

Uuuuuf jope con tu "jefe" y el kyabakura... ^^l madre mia...no lo acabo de enender muy bien, pero gastarse el dinero en un antro tan bajo... nose....
Adicción al trabajo es lo que tiene tu jefe... Adición y locura suprema. Yo creo que se piensa que es una hormiga reina o algo así. Y el resto de trabajadores son otras hormigas. Hay muchos tipos de hormigas en este planeta, y creo que has descubierto uno de los tipos que habitan en él: las hormigas salarymen.
Todos visten igual, mayoritariamente viven por los suelos, y no usan demasiado la boca para hablar (recuérdese que las hormigas se comunican las unas con las otras a través de las feromonas... ¿no será que tus compañeros de curro utilizan la peste para comunicarse los unos con los otros????)... Aunque una cosa sí tengo que decirte, las hormigas son mucho más sociables que los hormigos de esa empresa.

Vamos a ser un poco más condescendientes con los pobres bichos. Veámos. Son gente que solo hace que trabajar, seguramente porque no tienen nada más en sus vidas. Deben estar solos. Más solos que la una. Y que su única forma de contactar con otro humano (o semi humano) sea a través del lugar del curre... Unos se comunican a través de gestos, los otros a través de babas y uno en concreto a través de peste bucal y corporal.

Sinceramente, vaya asco de vida...

Pero bueno. Digamos que tu jefe morirá de KAROUSHI (o sea por exceso de trabajo), y él creerá que fue por una buena causa, o por el honor del trabajo etc.... Pero como jefe el tío es una pifia.

Bueno... al menos clientes así, dan de comer en los kyabakuras... algo de bueno habrá que darles ¿no?