Wednesday, January 2, 2008

Segundo día de trabajo

Seguimos la narración de como fue la historia en esta empresa.

El segundo día.

Ya con mi equipo totalmente instalado estaba listo y con ganas de ponerme a aprender cosa nuevas. Tenía muchísima curiosidad de ver como funcionaba una empresa japonesa por dentro. Quería ver toda esa experticia, organización y eficacia de la que siempre Japón se ha hecho fama.

Los miembros del equipo con el que iba a trabajar se reúnen conmigo. En total unas cuatro personas. Me enseñan primero una serie de diapositivas en PowerPoint sobre su magnífico proyecto. Yo tenía ganas de ponerme inmediatamente a hacer cosas, tenía dentro de mi también cierta responsabilidad. Quería de alguna manera demostrar que en Europa estamos preparados, tenemos talento y ganas de trabajar.
Esperaba encontrar unos compañeros con los que poder hacer un equipo de verdad.
Tened en cuenta que mi imagen de esta sociedad antes de venir, era la de un pueblo guerrero, decidido, con fuerza, con sentido común.... etc... Nada más lejos de la patética realidad que me toco vivir.

Después de la charla magistral me puse de lleno a estudiar el código y los manuales. Estaban en japonés y el esfuerzo mental fue considerable. Me cansaba el triple de lo que me hubiera cansado si hubiera hecho lo mismo en mi lengua materna, el Klingon.
En ese estado de "aprendizaje" me dejaron aproximadamente un mes. Al cabo de ese mes las cosas empezaron a torcerse.

El código en realidad era un caos de ficheros que se lincaban unos a otros. La documentación pobre y extensa. Si, no es una contradicción. Una cosa es tener mucha documentación cutre y sin organización, escrita por ignorantes y otra cosa es tener documentación de calidad, en su justa cantidad escrita por personas que realmente entiendan su trabajo.
Imaginaros una mezcla de ficheros en JSP, Java, Bash, XML, etc... Todo junto.
El código era horrible, violaba todas las normas básicas de una buena programación.

Lo peor de todo es que las personas que hicieron ese código, al no documentarlo y al ser tan chapuceros, al cabo de un tiempo no se acordaban como lo habían hecho. Por lo tanto descubrí que habían incluido ficheros que repetían ciertas funciones porque habían olvidado que dichas funciones ya las habían implementado previamente.
Sinceramente eso era el infierno en el que ningún programador querría nunca encontrarse. Esa porquería es lo que tenía que aprender. Esa porquería era considerada un gran programa, algo de lo que sentirse orgullosos.

Así que a partir de ese momento empieza mi verdadero calvario. Atrapado en los muros de la incomprensión lingüística, incomprensión cultural, incomprensión en todos los niveles posibles.

Por ejemplo esta es la dinámica de una típica tarea que me podían pedir. Voy a hacer una traducción literal para que se entienda hasta que nivel aquí estamos todavía en la época feudal.
La interacción verbal es con “el incompetente". Es el compañero de trabajo con el que más he tenido que colaborar y sobretodo soportar su falta crónica de conocimiento.

Incompetente: El Señor Cliente nos ha enviado un ruego para que implementemos el sistema "XX$%&##!@". Tenemos que terminarlo para pasado mañana. ¡Así que hay que darse prisa!

currela: ¿Como!? ¿Para pasado mañana? Pero, ¡No hay tiempo!

Incompetente: Si... es verdad... Perdóneme Señor Klingon. Pero no hay más remedio.

currela: Pero aun estando 48 horas trabajando sería imposible entregarlo.

Incompetente: Si... es verdad... No tengo perdón. Pero no hay más remedio.

currela: Bueno habrá que ponerse las pilas. ¿Que tengo que hacer?

Incompetente: Léase el documento donde se explica "XX$%&##!@" Lo siento mucho, le pido humildemente perdón.

currela: Pero, ¿donde está ese documento?

Incompetente: Si... es verdad... No lo sabe... es verdad... Está en la carpeta compartida tal... No tengo perdón por no habérselo dicho antes.

currela: (Al cabo de unos minutos)--- Pero este documento está todo en japonés. Son unas 230 hojas. No tengo tiempo para leerlo entero, implementar lo que piden e incluir dicha mejora en el proyecto. Hacer los test necesarios y escribir un reporte en japonés del test efectuado.

Incompetente: Si... es verdad... Complicado, ¿verdad...? Lo siento, le pido perdón...
..... El tiempo pasa no me dan respuesta. Nadie me dice nada. Yo estaba harto de escuchar a gente que solo sabe pedir perdón pero no tienen ni idea de como organizar su trabajo. No tenía autoridad para organizar, no podía tomar iniciativas dado que aquí se consideraría una falta de respecto a quien tengo por encima... Solo podía esperar. Al cabo de una hora...

currela: Perdóneme Señor Incompetente, ¿porque no me da indicaciones más claras de lo que tendría que hacer? Así puedo adelantar trabajo. No me importa que sean tareas simples, lo importante es que empecemos a quitarnos trabajo de encima cuanto antes. (A mi no me hacía gracia estar hasta las tantas currando, quería adelantar trabajo cuanto antes)

Incompetente: Si... Es verdad. Es demasiado complicado para el Señor Klingon. Lo siento mucho, perdóneme. (Silencio.....)

currela: (Después de dos horas en las que intentaba descifrar ese documento...) Perdone pero no puedo entender este documento. Hay muchos elementos que no me habéis comentado antes y de los que no hay documentación.

Incompetente: No se preocupe, no es necesario que lo lea... Yo tampoco lo entiendo, lo siento no tengo perdón...

currela: ¿No!? Pero, ¿no hay que terminar para pasado mañana? ¿Usted tampoco lo entiende?

Incompetente: No, es que al Señor Jefe le habría gustado que terminásemos pasado mañana porque así parecerá que los empleados de nuestra empresa somos capaces...

O sea me acaba de confesar que el jefe tiene un complejo de inferioridad. Efectivamente, el jefe es consciente que sus empleados son una panda de incompetentes ignorantes y no hace nada para resolver la situación. Lo único que se le ocurre es intentar cerrar proyectos en tiempos imposibles, pensando que así los demás pensarán que la gente de mi empresa son unos máquinas...
En lugar de contratar personal cualificado o de formar el personal actual, él enfoca el trabajo como si fuera una especie de carrera suicida en la que si uno se esfuerza más llega más lejos. No comprende términos como concentración, motivación, conocimientos, práctica, experiencia... Descubrí que eso no solo no lo entiende mi jefe sino la mayoría de los empleados.

Soy extranjero, no conozco bien el idioma. Por lo tanto si una empresa pequeña japonesa, contrata a un europeo con varios años de experiencia en el sector TIC, ¿dónde está la ventaja?
La lógica nos guía a pensar que me contrataron porque necesitaban de una persona que tuviera experiencia, visión a un nivel de abstracción mayor de los problemas, conocimiento de idiomas, capacidad para poder expandir negocio fuera de Japón especialmente en Europa, conocimientos técnicos determinados, etc. Una persona así hay que sacarle rendimiento cuanto antes, planificando su trabajo o mejor aun, dejándole que se lo planifique solo, dado que tiene experiencia, sabrá como organizarse y presentar un plan de trabajo a su jefe para que lo valide. Desgraciadamente las cosas no fueron así y a día de hoy es cuando por fin descubro por qué mi jefe me contrató…
Lo hizo porque quería a alguien que le entrenara al personal. Alguien que formara a sus empleados. Al final confesó que desea que yo haga que sus empleados se vuelvan hombres y se les quite el amaneramiento, el miedo, la timidez, la falta de capacidad de reacción. Si me lo hubiera dicho antes habríamos terminado antes, en lugar de tenerme durante un año navegando a la deriva por la niebla sin entender que pintaba yo en todo ese escenario.